martes, 11 de mayo de 2010

LA REVOLUCIÓN DEL VESTIR



Acabo de leer el comentario que ha hecho mi amiga
Susan Shine y me he acordado de una escena de la película
“Pleasantville” en la que Reese Witherspoon se asombra al
descubrir la forma que adopta su pecho cuando se
transporta al pasado. Y es que, si por algo se caracterizaron
los fabulosos 50, fueron por renovar completamente la forma de
vestir. La lencería femenina se volvió más atrevida,
popularizándose sobretodo los sujetadores coniformes
o “en punta”, que Madonna exageró y los hizo su distintivo en
su Blond Ambition World Tour del 90 (de su álbum para
la banda sonora de Dick Tracy, uno de mis héroes favoritos de los 50).
También aparecieron los sujetadores sin tirantes y
algunos creados exclusivamente para realzar el pecho en los escotes.
El incómodo corsé pasó a estar en desuso y solo siendo utilizado
como elemento decorativo. Y en cuestión de hombres,
y sobretodo de jóvenes, los jeans, vaqueros o tejanos
fueron el invento del siglo. Prenda capaz de vestir
a hombres y mujeres de cualquier edad en nuestros días,
pero que en un principio, cuando dejaron de ser una prenda
exclusiva para el trabajo en fábricas y granjas por su resistencia,
eran únicamente jóvenes varones quienes se atrevieron a
llevarlos a la calle. Eran un símbolo de juventud, trasgresión y libertad.


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